Hace ya un montón de años, D. Emilio Rodríguez Almeida estaba trabajando en unas excavaciones en Roma, y en una visita a Ávila nos enseñó una canción sefardí que incorporamos al repertorio del grupo Cigarra: «Como la rosa en la huerta».
Hoy le hemos visitado en su casa de Ávila, donde sigue trabajando sin interrupción en sus estudios de historia y de arqueología. Él y su esposa nos han recibido con la cortesía y la sencillez de los sabios. Les hemos regalado nuestro disco «Canciones del Valle del Cárcavo», en el que está grabada esa preciosa pieza del repertorio sefardí, y en cuyo folleto figura este agradecimiento: «al profesor Emilio Rodríguez Almeida, por una joya encontrada y regalada…». Nos ha replicado:»No hay nada que agradecer. Todo esto se nos ha dado, y nosotros también tenemos el deber de darlo.» Y luego, desde sus ochenta y tantos: «Vosotros, los jóvenes, conservad la memoria. El hombre, sin memoria, no es nada.»
Hemos escuchado el disco juntos, él cantándolo por lo bajo, acompañando el compás con la mano y asintiendo con la cabeza, satisfecho. Ha sido un rato inolvidable, en el que hemos recordado aquel encuentro de hace muchos años y en el que él nos ha vuelto a regalar sus historias, sus lúcidas reflexiones sobre pasado, presente y futuro, y alguna otra canción sefardí.
Al salir de su casa nos sentimos como bendecidos. No se me ocurre otra palabra para definir mi estado tras el contacto con un sabio de los de antes. Suerte que tiene uno.